MORGANTE, MARCELLO
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La fe y las obras están estrechamente ligadas y son complementarias, en cuanto la virtud teologal de la fe tiene valor si es vivida y reflejada en las obras. Se trata de una verdad de fe resumida así por el profeta Habacuc: «El justo vivirá por su fe» (Ha 2, 4) y reafirmada por san Pablo: «Escrito está: el justo vivirá por la fe (Rm 1, 17; cf. Ga 3.11; 5,6), por el autor de la Carta a los Hebreos: «Mi justo vivirá por la fe» (Hb 10, 38), e ilustrada por Santiago: «¿De qué sirve que alguno diga: ‘Tengo fe’, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de ustedes les dice: ‘Vayan en paz, caliéntense y coman bien’, pero no les dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta» (St 2, 14-17). Las obras de caridad corporales y espirituales, conformes con la fe, y propuestas por la Palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia, son innumerables. Esta publicación expone y comenta las siete obras de caridad materiales y las siete espirituales, tradicionales, ya que son las más practicadas por los creyentes. 124 páginas
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